Recientemente visitó la provincia de Chiriquí donde compartió en diversos actos culturales
Por: Iván Saldaña
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Hablar de poesía en Panamá es hablar de grandes poetas que han dejado el nombre del país en alto a nivel internacional, pero, en la actualidad nadie se imagina quienes están luchando por sobrevivir en un mundo donde el olvido por la cultura parece ganar más espacio.
Entre libros, poemas y muchos premios se encuentra el joven Javier Alvarado, un profesional del idioma español, de raíces familiares en Ocú, Herrera, pero nacido en Santiago de Veraguas, en la actualidad es amante de escribir las cosas que la vida le rodea en líneas poéticas.
Licenciado en Lengua y Literatura Española y magíster en Teatro, Alvarado ha recitado sus poemas en países como Cuba, México, Chile y Canadá y en Europa, en Inglaterra y Escocia.
«Siempre los poetas queremos transmitir un mensaje de un mundo interno o espiritual, un mundo místico que permita abrir las cicatrices para que entre la luz y sensibilice al lector» contó en exclusiva para El Siglo el poeta Alvarado.
«Hay que tener siempre presente, que el lector quede inquieto con la belleza, con la imagen o con el mensaje», relata.
Para Alvarado la poesía en Panamá «tiene una realidad que siempre que los profesores de español tengan la iniciativa de incentivar a los estudiantes para que el interés no se pierda, esto no ocurrirá. Pueden haber muchos intereses, pero que no se pierda la cultura», manifestó.
«Estamos viendo el reflejo de unos políticos que no les gusta la literatura, no les interesa la cultura, ni promover a los escritores, es algo que se vive actualmente en la sociedad panameña y en los estudiantes, por lo que debe haber una política cultural fuerte desde el gobierno, para que la literatura y la poesia sea valorada como debe ser», enfatizó.
Alvarado insistió que debe haber una política fuerte en la cultura, en el deporte, en la educación para preservar los valores del país.
Libros y premios
Tiene 16 libros de poesías y entre sus premios están el Rubén Darío de Nicaragua, Nicolás Guillén en México, el premio Medardo Ángel Silva en Guayaquil, Ecuador, una mención en Casa de las Américas en Cuba, el premio Ricardo Miró en Panamá y 4 veces el premio nacional de poesía joven de Panamá “Gustavo Batista Cedeño”, del Instituto Nacional de Cultura de Panamá (INAC), en los años 2001, 2004, 2007 y 2014.
Otros premios se suman el Pablo Neruda, el primer premio de los X Juegos Florales Belice y Panamá y el más reciente premio en El Salvador con su libro Epopeya de las Comarcas, recordando la desgracia del pueblo Ngäbe con el proyecto hidroeléctrico Barro Blanco.
«Las obras hablan de la vida, la muerte, obras amorosas, de historia, como Viaje Solar de un Tren hacía la Noche del Matachín que habla sobre un suicidio masivo de los chinos durante la construcción del tren en el canal de Panamá y El Mar que me Habita que habla del punto geográfico de Panamá, un paso de tránsito del Pacífico al Atlántico y todo lo que ha influido en nuestra cultura todo esto» relata Javier Alvarado.
Resaltan otros libros como, Cartas Arrojada al Neva que habla sobre una poeta rusa, el último libro Epopeya de las Comarcas que le costó dolor escribirlo por la realidad que vive este pueblo reprimido por la hidroeléctrica Barro Blanco.
«Siempre la lectura es lo primordial, llevar una cultura literaria, conocer las raíces, los valores nuestros como país, y siempre estar a la vanguardia de buenas obras, antes de escribir una línea», aconsejó a los nuevos escritores.
A sus 35 años, el poeta recapitula que lleva 20 años escribiendo poesía desde los 15, cuando ganó el premio Diana Morán, un premio que se perdió, que era para estudiantes de secundaria.
La muerte en una condición extraña de su abuela ha sido un tema de mucho impacto en su vida, fue lo que le motivó a escribir poesía.
El poeta Alvarado actualmente no tiene un empleo fijo a pesar de la necesidad de profesores del idioma Español, pero invierte su tiempo positivamente en leer sus autores favoritos y escribir poesía.
Recientemente estuvo en la provincia de Chiriquí donde participó en una exposición de pintura, realizó conversatorios con estudiantes de la Escuela de Español de la Universidad Autónoma de Chiriquí y cerró su gira en la presentación de un libro el corregimiento de Volcán en Tierras Altas.
