Si esto continúa así, tendremos jueces que dictaminarán que, mayor relevancia tiene los derechos de un delincuente, que la persona afectada por las acciones cometida.
Por: Modesto Rangel Miranda/Periodista
modestorangel46@gmail.com
Una sociedad que contempla un mal funcionamiento de justicia no es una sociedad que garantiza el buen funcionamiento de la justicia en nuestro país.
Lo cierto es que no podemos avalar los últimos años los niveles de crimen, robo , asaltos y acciones, que ponen en duda el sistema de Justicia en Panamá y ponen de manifiesto que es hora de defenderse cuando existe un sistema judicial que debe ser garante de lo que administra.
Es cierto y evidente que en nuestro sistema de justicia hay fallas heredadas por jueces y magistrados quienes después de cierto período, solo se han dedicado a matices políticos olvidando la plena responsabilidad de velar por un sistema de justicia que beneficie a los ciudadanos tanto nacionales como extranjeros en nuestra nación. Lo cierto es que hay que hacer varios puntos de comparaciones que en fondo pudiese encontrarse el fondo del cuestionamiento y la raíz del problema.
Período Militar. Cuando nos trasladamos a los tiempos de las desaparecidas Fuerzas de Defensas de la República de Panamá, había un reordenamiento institucional de cada jerarquía y mando, donde se ajustaba a los requerimientos y mandatos en que los miembros de la entidad deberían cumplir sus verdaderos dictámenes y ordenanzas, sugeridas por la alta comandancia de la entidad castrense.
Cuando las unidades policiales hacían sus rondas citadinas por las calles de la ciudad de Panamá, como también del interior de la república, existía un pleno respeto hacia el uniformado, ya que ser lo contrario sería llevado a cualquier cuartel o estación de policía, para su debido proceso de arresto, donde tendría que pagar una severa multa, por irrespeto ante una autoridad, aunque muchos no les agradaba.
Período Democrático. Hoy la nación vive un periodo de democracia, pero no existe el respeto hacia los uniformados debido a las acciones cometidas por la administración del ex presidente Endara, quien le quitó el poder a las unidades policiales. ante eso, muchos abogados, expresan que era por temor ya que se venía de una secuela de persecución militar, aunque lo cierto era solamente para eliminar el militarismo y debilitar una entidad castrense que hoy podría haber sido garante de mantener el orden en las calles basado en el respeto de la ley y la justicia, aunque fuesen militares. Vemos entonces que los profesionales del derecho confunden democracia, con respeto libertad y libertinaje.
Durante el mandato de la oficialidad de las Fuerzas de Defensas, se podía hablar de acciones represivas, mas sin embargo, los niveles de violencias no eran tal alto como los que existen actualmente, ya que las normas jerárquicas de mando estipulaban un verdadero control en las principales calles de la República de Panamá.
Quienes consideran el alto incremento de la delincuencia en las calles en la actualidad, muchos dirán que se le atribuye a jóvenes rebeldes en los hogares donde no existe la presencia de uno de los miembros sino únicamente la madre.
Pero regresemos a los tiempos de la post-invasión cuando se dieron a conocer el verdadero conteo de muchas armas militares que quedaron sin devolver a las fuerzas armadas estadounidenses, donde ofrecían buenos precios por ellas.
Adicional, los hijos nacidos de madre panameña con soldados estadounidenses, quienens nacieron años después de la invasión y que sin tener la autoridad de un padre, se convirtieron en lideres juveniles pandilleros de calles en sectores como el Chorrillo, San Miguel y en San Miguelito.
Hoy vemos el resultado de esas acciones, pero aunado a esto puede contarse, la demolición de la Cárcel Modelo hecho efectuado el 10 de diciembre de 1996 bajo la administración del ex presidente Ernesto Perez Balladares y el cierre de la Isla de Coiba para transformarla en un sitio turístico. Para mucho esto significaba el fin del militarismo, pero no se imaginarían las consecuencias que estos hechos causarían a la sociedad panameña , donde 2 décadas después, los niveles de violencia en las calles del país se habrían incrementado.
Hoy los delincuentes en las cárceles gozan de mayores preferencias y privilegios, donde muchas veces el ciudadano común se pregunta, por qué ellos gozan de privilegios. Podemos poner de manera descriptiva, porqué en nuestro país las leyes en materia judicial han cambiado. Cuando un delincuente comete un crimen, se le esconde el rostro, el juicio a efectuarse demora por motivos d su defensa y otras limitantes que se le impone a la justicia.
Podremos creer en un sistema judicial en Panamá que merece ser con gran credibilidad. Si esto continúa así, tendremos jueces que dictaminarán que, mayor relevancia tiene los derechos de un delincuente, que la persona afectada por las acciones cometida contra su identidad personal.
La justicia debe ser el bastión que mueve a una sociedad y no responder a intereses de jueces que únicamente determinen la libertad de un reo que ha cometido un crimen ante la sociedad. El sistema penal acusatorio en Panamá debe ser más, Legal, Imparcial, Severo y eficiente, porque sus lastres muestran la incapacidad no solamente de jueves sino también de abogados, que no valoran el derecho de las víctimas. La justicia de ser implacable, imparcial, pero legítima ante Dios y la Sociedad panameña.