En esta fecha valoremos el aspecto histórico y cultural de lo que ha sido los 502 años de la fundación de la ciudad de Panamá, el 15 de agosto de 1519.
Modesto Rangel Miranda modestorangel46@gmail.com
Una de las ciudades más importante del continente americano es Panamá, su posición estratégica, su visión turística, su economía y más que todo, una de las maravillas más importantes del mundo, es el Canal de Panamá, obra de ingeniería considerada como el punto de mayor trascendencia, no solo cultural, sino, económica al servicio del mundo marítimo internacional .
Pero hablar de la ciudad de Panamá, es entender el verdadero aspecto histórico que desde el 15 de agosto de 1519, cuando Pedro Arias de Ávila, fundaba en esta región lo que un día sería el centro de operaciones militares y comerciales durante el periodo colonizador y el surgimiento de las famosas ferias portobelinas que le dieron auge a la ciudad de Panamá y el sector de Portobelo.
Sin duda alguna, la ciudad de Panamá se constituyó en un sitio de mayor emprendimiento para grandes inversionistas que venían de la madre patria, España, con el fin de invertir y hacer grandes sumas de dinero, pero más que ganancia, Panamá sería el centro de expediciones hacia América del Sur y América del Norte, lo que llamó la atención de naciones como Inglaterra, Francia, Holanda y otras naciones que mantuvieron fuertes desafíos al poder español, causando severas pérdidas durante los ataques de piratas y corsarios, entre ellos el primer ataque a la ciudad de Panamá, el 26 de enero del 1671, cuando el temible y aterrador de los piratas en el Caribe, Sir Henry Morgan, atacó la ciudad fortificada causando una grave destrucción , similar, o más fuerte que la invasión del 20 de diciembre de 1989.
La Corona Española al enterarse de esa situación ordenó su traslado el 28 de enero de 1673, a las faldas del Cerro Ancón donde actualmente, se encuentra la ciudad de Panamá. Es evidente que el deterioro de estos ataques, el engaño de las autoridades y total negatividad de apoyar a los colonos, causaron malestar entre los residentes quienes veían a las autoridades como serviles oficiales al mando de la corona, sin importar las diversas penalidades que en ella se vivía. Con el correr del tiempo, la ciudad de Panamá adquiría un contraste desalentador, ya que, no había las condiciones necesarias para mantener su total limpieza, solamente, en lugares donde la alta clase de la corona tendría los derechos, como lo era el Casco Antiguo o el arrabal de Santa Ana.
Para conocer sobre la dimensión territorial de lo que sería la ciudad de Panamá, fue necesario que varios intelectuales cercanos al poder de la Corona Española diseñaran los planos que serían de mayor aceptación para la ciudad de Panamá, hasta el año de 1821.
El trazado originario de la ciudad de Panamá era el de tablero de ajedrez, como lo mandaban las disposiciones urbanistas de las Leyes de Indias, inspiradas en una vieja tradición romana de Vitrubio. Calles que se cortaban en ángulo recto. Tres de ellas iban del Este al Oeste: la carretera, la empedrada y la puentezuela; siete se orientaban de norte a sur. Todo cubría en total unas 59 hectáreas. Como afirmaba Hernán Cortés, este trazado en forma regular, a manera de tablero de ajedrez, servía para dominar mejor las revueltas con la caballería.
En el centro y corazón de la ciudad estaba la Plaza Mayor, cuyo ancho era unos dos tercios, las dimensiones están planificadas de su largo. Al costado oriental de la Plaza, se ubicaba la Catedral, hecha de cal y canto, con sus tres naves en planta de cruz latina; sus altares, cofradías y su cabildo eclesiástico. Próximo a la Catedral, la Casa Cabildo y las Casas Reales, todavía en ruinas.
Más al norte, se hallaba el Barrio Comercial, próximo al puerto de la Ensenada que cerraba la Punta Judas. También, la Casa de los Genoveses, centro de contratación de esclavos; los almacenes que sirven al puerto y en este, lugares para carena y calafateo de pequeñas naves, en la Calle de los Calafates.
Los barrios residenciales estaban situados hacia el poniente de la Plaza Mayor, por las calles de la Carrera, la Empedrada y Puentezuela. Allí estaban los conventos de piedra de la Compañía de Jesús, la Concepción, San Francisco, el Hospital de San Juan de Dios, la Merced, con sus huertas conventuales, sus religiosos y legos, que asistían algunos, a lejanas misiones en el Istmo, en las tierras del Guaymí y en Darién.
Hoy, al conmemorarse estos 502 años de fundación de la ciudad de Panamá, hay que resaltar sus verdaderos aportes comerciales y sitios históricos como los lugares de mayor efervescencia turística, permitiendo que Panamá sea un sitio de mayor atracción turística para todos, eso incluye el mayor logro en el sector turismo, a pesar de la pandemia, Panamá, sigue siendo punto fundamental en un lugar de las Américas, que le permite un mayor acercamiento con otras naciones del área y un mayor desenvolvimiento económico, donde se inicia un proceso de mejoramiento cultural en nuestra ciudad.
Comentarios cerrados.