Yo no logro entender estos diálogos. Para mi la cuestión es que los empresarios paguen las cuotas que descuentan y las de ellos.
Luis Ernesto Ramírez C.
Abogado y profesor
La Palma, Paja de Sombrero, Gualaca
tatin9753@gmail.com
Hay cosas que uno nunca acaba de entender con nuestros politólogos y politiqueros. El gobierno actual ha hecho un llamado a dialogar sobre la CSS; pero al parecer este diálogo se ha centrado en el renglón de invalidez, vejez y muerte, que es uno de los servicios para lo cual se creó la institución; pero en el fondo no se está dialogando sobre la institución, sino sobre la jubilación de la gente. Y es que este ha sido un muletillo político desde hace muchos años y de mucha gente que ha llegado a gobernar, porque al parecer es un interés de las instituciones financieras internacionales por aquello de los negocios que representa este renglón de la CSS; y en especial de las IFIS y el FMI. Desde hace mucho nuestros politólogos y politiqueros han estado con este muletillo y siempre asustando a la población asegurada de que en el año tres mil no va a haber para pagar jubilaciones y por eso justifican aumentar la edad de jubilación y las cuotas para jubilarse, y que al final la gente se jubile con una miseria que no alcanza ni para pagarse el vino.
Esta miseria no es necesario dialogarla; cualquier gobierno como los de nuestra falsaria democracia, puede imponerlo y sin hacer tanta bulla en los medios de comunicación. ¿Para qué van a dialogar esta miseria, si al final la impondrán a palo y plomo? Ya pasó una vez. Lo que deben dialogar es lo que nos traerá el futuro: mucha gente como parias en edad de no poder trabajar por ser ancianos; sin jubilaciones porque muchos no lograron las cuotas ya sea por el tiempo o porque el empresario no la pagó, otros trabajaron unos años y otros no; en fin, una sociedad de muchos viejos parias pidiéndole a los demás para comer, y una juventud sin trabajo.
Yo no logro entender estos diálogos. Para mi la cuestión es que los empresarios paguen las cuotas que descuentan y las de ellos. Que la institución no se administre con manejos politiqueros y la dejen sola en su autonomía. Que sus recursos no se desvíen para cubrir los gastos del Ministerio de Salud con la trampa de los mal llamados “sistemas integrados”; quitarle el carácter de centro financiero a la institución. Yo no entiendo por qué el Seguro Social tiene que estar haciendo préstamos al Banco Hipotecario y otras instituciones del Estado. Por qué el gobierno central le paga las cuotas obreros-patronales con bonos. Para qué el Seguro invierte en bonos corporativos de bancos privados, en urbanizaciones y en negociados.
Finalmente: por qué no me explican esos plazos fijos monstruosos que tiene la CSS en bancos nacionales e internacionales. Y toda esa millonada que obtiene generada de los plazos fijos y los bonos corporativos no es precisamente para garantizar la solidez del renglón de IVM, ¿o es para que sirva de fuente de marullos, o es para hacer negocios sucios con los dineros de los asegurados? ¿Por qué no dialogamos sobre esto?
La CSS se creó para servir a los asegurados, no como una institución financiera magnate y usurera.