Opinión

El Canal de Panamá, 107 años de funcionamiento

La lucha de 107 años no debe ser olvidada, las generaciones después del 2000, deben recordar que el mayor legado y herencia es una Patria Libre.


Modesto Rangel Miranda modestorangel46@gmail.com

La historia es el verdadero relato de acontecimientos que no pueden enmarcar aspectos que se puedan olvidar. Hablar del Canal de Panamá es un acontecimiento que no solo los panameños, sino, aquellos  extranjeros residentes en nuestra nación deben conocer, ya que, sus antepasados fueron parte de ese hecho que marcó la vida de una nación pequeña, pero grande en verdadero sentimiento nacionalista.

Para conocer la verdadera historia del Canal de Panamá , es necesario conocer los hechos que marcarían al Istmo, como punto fundamental en lo que el descubrimiento del Mar del Sur, evento realizado por un español, a quien la historia lo deseaba poner como un polizonte, pero los escritos plasmaron que el rumbo de los aportes cronológicos darían con el mayor grado de conocimiento que este hombre plasmaría en la vida de los panameños, como lo sería su moneda, una cerveza, una avenida, una marca de cuaderno y la condecoración más grande que cualquier ciudadano pudiese recibir, la Orden Vasco Núñez de Balboa.

Con el descubrimiento del Mar del Sur, se daría el marco histórico que los colonizadores españoles tendrían la ventaja de saber de la existencia de un nuevo mundo dando la vuelta por el Cabo de Buena Esperanza bordeando la ruta que una vez Colón deseaba llegar a las Indias Occidentales, sin embargo, el destino no sería así, porque, este descubrimiento amplió más la presencia de un nuevo continente que en su mayoría, con el tiempo acortaría la ruta plasmada en los viajes de circunnavegación de Magallanes.

Con el paso del tiempo, el istmo de Panamá lograría una mayor visión convirtiéndose en una nación potencialmente, económica donde los grandes galeones españoles forjarían el mayor trasiego de mercancía  para lograr una inversión en América. Fue el punto trascendental donde los principales puertos de América, tanto en el Pacífico como, el Atlántico, tendrían mayor desembarque, pero los ataques de corsarios, piratas y la actitud discriminante y humilladora de las autoridades españolas en América, provocarían el resquebrajamiento económico en el istmo de Panamá y la inspiración de movimientos independentistas en todo el continente.

El sueño de los istmeños de una ruta canalera se vio incrementada con la construcción del Ferrocarril en 1849 y su culminación en 1855, más, el deseo de ser una nación libre y soberana, idealistas como Don Justo Arosemena había planteado ante el Senado Colombiano que el istmo de Panamá tuviese una verdadera posición aceptable para lo que sería una vía canalera, sin embargo, con el fracaso de el Estado Federal del Istmo, el sueño del Canal se esfumaba, pero en 1880, el liderazgo de Ferdinand de Lessepp, ponía de manifiesto ese anhelo de hacer un canal a nivel, como lo había logrado con el Canal de Suez en Egipto.

Los primeros años se vieron de maravilla, todo parecía que Panamá tendría el mejor canal del hemisferio, pero una crisis política sucumbía el Istmo, cuando no pudieron lograr ese sueño, las enfermedades y las condiciones climáticas detuvieron la obra de los franceses. Fue una verdadera derrota francesa.

La situación se prendió cuando en Colombia estallaba la guerra civil de los mil días entre liberales y conservadores, afectando más a los panameños, más el rechazo del Tratado Herrán-Hay en 1903, ahondaba la crisis en el Istmo. Los panameños estaban solos, pero la astucia de  Phillips Buneau Varilla de convencer al Presidente Theodor Roosevelt fue de gran audacia al momento de presentarles fotografías a los senadores estadounidense, donde decía que el istmo de Nicaragua no era adecuado para la construcción de un canal por esa región. Fue en ese momento que la diplomacia estadounidense consagraba un voto a favor de este accionista francés, dándole el mayor prestigio y apoyo a la administración del presidente Amador Guerrero.

La construcción del Canal de Panamá fue una verdadera lucha, porque, después de la Separación de 1903, los trabajos comenzaron en enero de 1904, cuya duración fue de 10 años, bajo la dirección del Dr. Williams Crawford Gorgas, con un equipo deficiente, pero tuvo el mayor logro de sanear las dos ciudades, Panamá y Colón, aunque, su mayor sueño no lo pudo ver culminado ante su fallecimiento.

Fue el sábado 15 de agosto de 1914 cuando los dos mandatarios, el Dr. Belisario Porras y el presidente Teodoro Roosevelt, tuvieron la gran oportunidad desde el Atlántico al Pacífico, de inaugurar con el Vapor Ancón, la ruta más importante que sería el verdadero bastión de lucha de los panameños, el Canal de Panamá.

La lucha por esta vía estuvo enmarcada de diversos tratados bajo el control de los gobiernos estadounidenses como el Tratado Hay-Bunneau Varilla en 1903, Tratado Kellogg-Alfaro en 1926, Tratado Arias-Roosevelt 1936, Convenio Fábrega-Wilson 1942, Convenio Filos–Hines 1947, Tratado Remón-Eisenhower 1955, Acuerdo Chiari-Kennedy 1962, Tratado Robles-Johnson 1965, el Acuerdo Taft Kissinger 1974 y el tratado que puso fin a la presencia estadounidense el 31 de diciembre de 1999, Tratado Torrijos-Carter.

No se puede olvidar el verdadero legado que valientes jóvenes dieron aquel día 9 de enero, cuando un pueblo reclamaba los derechos de su presencia en las instalaciones canaleras, sin embargo, el antagonismo de gobernantes desde 1903, hasta 1977 marcó aquel cambio cuando, el  7 de septiembre el pleno sentido nacionalista marcaría la fecha de cumpleaños para que, el 31 de diciembre de 1999, la bandera panameña ondeara en los terrenos de lo que antes era la administración del Canal en el sector de Ancón, siendo esta bajo estamento estadounidense.

107 años de funcionamiento del Canal conllevan más que, el aspecto económico, el verdadero legado de un pueblo que plasmó su gota de sangre, y que, gracias a esa gota pagada, hoy, pueda verse que es necesario recordar con verdadero ahínco que el canal de Panamá será siempre de Panamá y de ningún gobierno extranjero.

La lucha de 107 años no debe ser olvidada, las generaciones después del 2000, deben recordar que el mayor legado y herencia es una Patria Libre, donde hombres y mujeres dieron sus sacrificios para vivir en libertad soberana, demostrando que el Canal de Panamá, aunque tenga una cláusula intervencionista, sigue siendo de Panamá y no de gobiernos extranjeros.

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