No existen datos cronológicos del inicio de esta devoción, solo que el 21 de octubre apareció en este lugar dando a conocer diversos mitos.
Por: Modesto Rangel Miranda
modestorangel46@gmail.com
Nuestra historia es el verdadero baluarte de una serie de eventos que conlleva transformaciones culturales heredadas por muchas generaciones.
Lo cierto es que, hablar del verdadero patrimonio histórico de nuestra nación es un gran orgullo. Lo esencial es conocer aquellos sitios que una vez le dieron verdadera autenticidad como lo ha sido las Ruinas de Portobelo, quien en 1980, en conjunto con el viejo Fuerte sobre el mar, fue declarado por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad, mientras que la OAS designó Portobelo como Ciudad Monumento de las Américas.
Debido a su papel de puerto internacional, este lugar ha recibido la influencia de muchas culturas diferentes, que ahora se reflejan en sus famosos festivales y celebraciones, como la del Cristo Negro.
Debido a su hermosura, Cristóbal Colón le dio el nombre de San Felipe de Portobelo en 1502, en honor al Rey Felipe II de España.
En la época de las colonias españolas, esta ciudad era únicamente accesible vía mar, y representaba el puerto de entrada y salida para toda América.
Las mercancías se comerciaban una vez por año en forma de feria, que duraba entre 30 y 60 días; en ese período la ciudad sufría los constantes ataques de piratas y bucaneros, incluyendo a los famosos Drake, Morgan y Hawkins.
Debido a esto, España se vio obligada a abandonar esta ruta comercial y pasar por Cabo de Hornos, en el sur de Chile.
Cristo Negro de Portobelo
Lo cierto es que, no podemos olvidar el verdadero papel que nuestra nación proyectó durante el periodo de la etapa colonial; las ferias portobelinas, dónde le dieron el mayor auge al comercio colonial en Panamá, adicional, con el paso de los años, Portobelo se convirtió en punto fundamental en el desarrollo e influencia comercial , económica y política durante los trabajos del ferrocarril donde empresas estadounidenses vieron este bello sitio histórico como sitio primordial donde debería pasar el ferrocarril hasta la ciudad de Panamá.
Cabe destacar que, la región de Portobelo, la presencia española fue de mayor ascendencia histórica por el aporte religioso en sus costumbres y tradiciones, afianzado su religiosidad popular, quedando grabada en las raíces del pueblo donde harían énfasis a la devoción a los santos y a la pasión de Cristo.
Dentro de estas devociones, figuran las novenas, el Corpus Christi y las procesiones de los santos y la Semana Santa. El Cristo Negro de Portobelo es objeto de una gran devoción a nivel nacional e internacional.
No existen datos cronológicos del inicio de esta devoción, solo que el 21 de octubre apareció en este lugar dando a conocer diversos mitos, como lo fue su llegada; siendo una mayor prioridad ante la necesidad cuya intervención divina sirvió para exterminar una peste que extendía por toda la región.
La otra es que, dos imágenes siendo transportadas hacia Cartagena de Indias, y debido al mal tiempo, arribaron a Portobelo. La nave no pudo zarpar hasta que desembarcaron el Cristo en tierra firme.
Esta tradición se ha mantenido desde la época colonial hasta la actualidad, todos los 21 de octubre, donde más de 160.000 personas visitan Portobelo para venerar al Cristo negro, con la cruz a cuestas.
Pero más que, tradiciones portobelinas del Cristo Negro de Portobelo, una de las más festivas tradiciones de la celebración es el baile de los congos, siendo una verdadera manifestación de los esclavos, traído del África en la época colonial.
Datos históricos procedentes de Portobelo señala que; en esta región se encontraba la gran negrería, lugar donde se compraban los negros para trabajos forzados, tanto en la época colonial, el ferrocarril y la construcción del Canal de Panamá.
Estos eran valorados según su porte corporal y la blancura de sus dientes. El negro, a pesar del sufrimiento y el dolor que experimentaba debido a su condición de esclavo, nunca perdió el sentido de la vida y el gusto por celebrarla. Prueba de ello lo tenemos en el baile congo que hasta nuestros días se conserva.
Hoy es necesario saber mantener esas tradiciones y costumbres que son parte de nuestra nacionalidad, ya que, muchas de nuestras tradiciones se están perdiendo debido a la penetración cultural foránea no solamente en la música, sino en las comidas y la forma de vestirse, ya que en su mayor totalidad no hemos mantenido ese espíritu original de ser panameños verdaderos.