Redacción Digital
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Las tragedias no dejan de tocar las zonas inhóspitas y olvidadas de Panamá; allá donde la educación y las redes de comunicación no representan un interés económico de quienes gobiernan el país.
Tal es el caso más reciente, ocurrido en el corregimiento de Tolote, distrito de Kankintú, Comarca Ngäbe Buglé donde la tarde del 4 de octubre en el río Juori, se ahogó una estudiante del Centro Básico General de Quebrada de Hacha, ubicada en la zona escolar número siete.
La joven infortunada de nombre Emilka Ábrego, regresaba hacia su casa después de la jornada escolar, bajo la lluvia, cuando la sorprendió una cabeza de agua junto a otras dos compañeras que lograron salir de las fuertes corrientes, según narran moradores en el área.
La estudiante que cursaba el séptimo grado, tenía que caminar como tres horas de ida y tres de regreso a Tolote, cruzando el río Juori y otros afluentes.
Gustavo Castillo, vecino de esas comunidades manifestó que el lugar dónde se ahogó la menor de edad, se ha solicitado varias veces a las autoridades la construcción de un puente para evitar estos accidentes que llenan de dolor a las familias, que ya ha ocurrido en otras ocasiones, pero solo ha quedado en promesas.
Ésta nueva desgracia para humildes familias de la Comarca Ngäbe Buglé se registró justo en medio de una alerta verde de 48 horas dictaminado por el Centro Nacional de Operaciones de Emergencia del SINAPROC; motivo que ya ha sido cuestionado por gremios docentes, ya que no se toman medidas puntuales para reducir los riesgos de estudiantes y maestros.
Solo ayer 4 de octubre, en Nueva Molena, distrito de Besikö, también en la comarca Ngäbe Buglé, la maestra Edna Castillo sufrió una fractura en el pie al caminar bajo el agua a cumplir con su trabajo a pesar de las inclemencias del tiempo.