Los moradores arriesgan su vida, pasando por puentes improvisados, hechos con bambú. Por allí pasan niños, embarazadas, enfermos y adultos mayores.
Iván Saldaña contacto@frecuenciainformativa.com
El desequilibrio económico y social es marcado en las áreas alejadas de las urbes, en Panamá, sobre todo, en las comarcas.
Una muestra clara es Munüni 3, en las áreas inhóspitas del distrito de Kankintú, en la región ÑoKribo, de la comarca Ngäbe Buglé, donde los moradores tienen que sortear su vida, sin las mejores condiciones de salud, educación, trabajo, vivienda, alimentación y estructuras públicas, entre ellas, mejores escuelas, caminos y puentes.
Históricamente, los casi mil residentes en Munüni 3, tienen que arriesgar su vida, pasando por el caudaloso río Cricamola, o en el mejor de los casos, improvisar puentes hechos con bambú, para rifarse la vida, cuando éste se encuentre hondo.
Esta realidad parecía que iba a cambiar, asegura el profesor Armando Pineda, quien junto a residentes del área recuerdan que, el actual presidente Laurentino Cortizo, llegó a esa región en tiempos de campaña y les prometió que todo iba a cambiar, si ganaba.
“Han pasado dos años y seguimos esperando el puente, mejores vías de comunicación, estructuras escolares y calidad de vida, pero seguimos en el olvido», dijo.
Por estos puente de bambú, tienen que pasar niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, enfermos, sin ninguna seguridad. Ya se han dado incidentes donde residentes pierden la vida ahogados, por no contar con pasos seguros en estos ríos.