Redacción Digital
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¡Pica gallo, a mi gallo voy 100 dólares! gritan enardecidos galleros de diferentes edades incluyendo damas.
La pelea de gallos es una actividad autorizada en Panamá y muy común en fiestas de campo y ciudad llamados «desafíos», y que en algunas ocasiones deja como saldo, la muerte o pérdida de habilidades físicas por los animales que participan en estos salvajes encuentros.
Los gallos son entrenados por una persona llamada «cuidador» el cual gana un porcentaje de la bolsa pactada o por acuerdos entre dueño y tutor.
El gallo que obtiene la victoria es levantado y elogiado por quiénes apostaron y ganaron dinero en la mortal pelea, el derrotado si es bueno posiblemente regrese para recibir atención de su dueño.
El caso reciente de gallos de pelea muertos y abandonados, es la denuncia de moradores de Macano en el distrito de Boquerón, que con las fotos aseguran que personas irresponsables, este fin de semana dejaron los restos de varias aves de pelea «amontonados» a orilla de calle, ante la posible frustración por la derrota.
Este cuadro de la falta de sentimiento humano, de poner a pelear a estos seres y después cuando mueren, tirarlos en cualquier lugar, es señalado por los denunciantes como una irresponsabilidad, sobre todo por los malos olores que se suman afectando a los que por esa zona pasan hacia sus hogares.
El triple castigo y crueldad en la que incurren mediocres galleros que dejan al descubierto en la carretera los resultados de una pelea mortal, es la muestra de las fotos mostradas en redes sociales y piden a las autoridades, realizar una investigación o regular este tipo de actividad en el país.
En Costa Rica son prohibida las galleras, pero según testigos, los vecinos ‘ticos’ invaden el territorio panameños para los grandes desafíos.
