Por: Iván Saldaña
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La muerte de la educadora Aliuzka Peñalba, de la Escuela de Guabo en el corregimiento de Hato Culantro, Comarca Ngäbe Buglé, tras ser arrastrada por una creciente de la quebrada Guabo, fue lamentada por sus compañeros docentes de esas zonas y a su vez responsabilizaron al Ministerio de Educación, por esta pérdida humana.
Sandra Vergara, dirigente de áreas de difícil condición laboral manifestó que «el director de la escuela y otros compañeros participaron en la búsqueda de la compañera y después del mediodía se reportó que el maestro junto a los padres de familia habían encontrado el cuerpo de la compañera».
«Quiero resaltar que MEDUCA, ni SINAPROC, tienen idea de las peripecias que pasan los maestros de difícil acceso, después que pasan los acontecimientos es que aparecen todos a hacer una campaña de fotografías para mandar comunicados», repudió Vergara.
«¿Comunicados para qué? La compañera Aliuzka está muerta, nadie nos la va a devolver. Todo esto está en el acuerdo de finalización de huelga del 2017», señaló la vocera de educadores en esa zona.
«El MEDUCA solo ha enviado una nota de prensa solidarizándoce con la familia de la compañera, ¿ya para qué?, si lo que tenían que enviar ayer era la notificación de suspensión de clases en la comarca por las fuertes lluvias, solo mandan una alerta y con eso no hacemos nada, tenemos que ir a trabajar», enfatizó la docente.
«MEDUCA es el único responsable de lo que ha pasado, la compañera perdió su vida por arriesgarse a llegar a su puesto», señaló.
La educadora criticó la gran cantidad funcionarios y policías que llegan a hacer un ‘show’, cuando se debió asegurar las vidas docentes.
Tras la muerte de la educadora, la Asociación de Educadores Veragüenses, emitió un comunicado nacional donde advirtió las posibilidades de decidir algunas medidas de protesta, ante el evidente incumplimiento del MEDUCA, con la educación en difícil acceso.
El Ministerio de Educación solo emitió un comunicado está tarde, lamentando la muerte de la maestra Peñalba y la resignación a sus familiares.
La infortunafi educadora residía en Las Delicias, distrito de Santiago, desde dónde se trasladaba cada cierto tiempo para internarse a las áreas recónditas de la comarca Ngäbe Buglé.
