Desde acá, desde la tierra de los almojábanos, el bienmesabe, el chocao, el serén de maíz nuevo y otras delicias chiricanas, invitamos a todos los coterráneos a que hagan propia esta propuesta.
Douglas Gómez – Empresario chiricano douglasgomez@seginfinity.com
Hace ocho años escribí un artículo titulado cuestión de decisión vivir en Chiriquí, haciendo alusión a la decisión de quedarme en la tierra que me vio nacer, a pesar de haber tenido oportunidades de ir a trabajar a la ciudad capital.
También, hacía alusión a lo importante de demostrar el amor a nuestra tierra, siendo buenos ciudadanos, productivos, respetuosos, amantes y protectores de la naturaleza y sobre todo del apoyo a lo propio.
Ahora, en este año 2020 que el mundo entero, nuestro país y nuestra querida provincia no escapan del temido coronavirus, la cuarentena y todo lo que traerá en disminución de libertades tanto sociales como económicas, es importante hacer un alto y reflexionar si queremos volver a esa normalidad pre pandemia donde existía un alto grado de corrupción en los gobiernos, como en algunos del sector privado, insensibilidad a las relaciones interpersonales y familiares, un abuso hacia el medio ambiente, entre otras cosas negativas de las cuales, como ciudadanos ya habíamos hecho hábito.
Ahora tenemos una gran oportunidad de mejorar, de enmendar y por qué no decirlo, de retornar a nuestra provincia físicamente o virtualmente, los que han estado ausentes por diferentes circunstancias de la vida y colaborar creando un nuevo modelo de vida.
Es sabido que muchos profesionales y estudiantes tienen el deseo de volver a habitar el terruño querido. Se han estado gestando desde nuestra región a través de organizaciones del sector privado como el Centro de Competitividad de la Región Occidental, Cámara de Comercio de Chiriquí, APEDE , Pro Chiriquí y sus más de 50 aliados estratégicos que incluyen Multilaterales , Municipios, Universidades entre otros, con gran impulso, las propuestas para la reactivación y el desarrollo socioeconómico de la región occidental que no sólo incluye la provincia de Chiriquí, sino también a la provincia de Bocas del Toro y la comarca Ngäbe-Buglé.
Propuestas en los sectores productivos, como el sector agropecuario, el turístico, logístico de infraestructura, educativo y tecnológico.
Existe una realidad y es que, el modelo económico tradicional de nuestros países latinos centraliza todos sus esfuerzos en las capitales y en nuestro caso de Panamá, en la región interoceánica
Demostrado está que, el 85% del Producto Interno Bruto de nuestro país, proviene de esa área y solamente el 15% corresponde al resto del país, traduciéndose en una inequidad sostenida a través de los años.
Desde acá, desde la tierra de los almojábanos, el bienmesabe, el chocao, el serén de maíz nuevo y otras delicias chiricanas, invitamos a todos aquellos coterráneos dentro y fuera del país y a los que estamos radicando acá a que asumamos como propias estas propuestas. Propuestas como la del plan maestro del agro, el circuito del café, el centro de convenciones verde, plan de modernización de la frontera Paso Canoas, el hub aéreo del aeropuerto Enrique Malek, anillos periféricos de la ciudad de David, el tren panameño Panamá-Frontera Paso Canoas, canal seco Chiriquí – Bocas del Toro, ciudades turísticas Boquete, Volcán, Bocas del Toro, Boca Chica, el plan de reactivación de la región del Barú y un sin número más, que de seguro necesitarán del talento y el apoyo no sólo de los chiricanos que amamos esta tierra, sino, de todo aquel que se quiera sumar al progreso de nuestra región.
Las alianzas público privadas deben ser el norte para el progreso de los países, por un lado, el Gobierno facilitando y minimizando la burocracia e invirtiendo los recursos del Estado de manera equitativa para que la empresa privada pueda hacer su parte en inversión creando empleos y creando progreso.
Les invito a conocer y a adueñarse de la Visión 20-50 de la Región Occidental en el siguiente link: https://www.cecomro.com/wp-content/uploads/2020/03/VISION-2050-REGION-OCCIDENTAL.pdf
Lo más interesante de todo esto es que los chiricanos no hemos sido mezquinos, sino que, al contrario, hemos compartido toda nuestra experiencia con la Región de Azuero (Veraguas, Herrera, Los Santos y Coclé) y la Región Oriental (Darién y las comarcas Guna Yala y Emberá Wounnan), para que, desde cada región hagan lo propio.
A las nuevas generaciones de chiricanos nos corresponde continuar con el esfuerzo de los que nos precedieron, nuestros ancestros, cada uno desde sus trincheras con sus circunstancias muy particulares.
Si hay algo por lo que podemos tener orgullo los chiricanos es por la creatividad, iniciativa y empuje, ¡no la perdamos y recordemos siempre que el ser humano se crece ante la adversidad y que la necesidad es la madre del ingenio!