Deseamos un Feliz Día de las Madres a todas las mujeres de la República de Panamá.
Modesto Rangel Miranda
modestorangel46@gmail.com
Cada año, el 8 de diciembre en Panamá, las familias panameñas se unen para dedicárselo a ese ser especial, que siempre se preocupa por los demás, y que, dentro del hogar establece normas, valores, principios y conductas, que contribuyen en la formación de nuestros jóvenes.
La historia de nuestro país, nos marca de muchos eventos sociales que a inicios de la vida republicana deseaban celebrarse. Con la naciente República, efectuada el 3 de noviembre de 1903, los destinos de la nación empezarían diversos cambios, no solamente en el aspecto político, sino, en lo económico y social.
Con la administración del presidente Belisario Porras, se daría a un acontecimiento que marcaría el rumbo de la celebración del día de las madres en toda la República de Panamá. La primera vez que se celebró el Día de la Madre en Panamá fue el 11 de mayo de 1924, por iniciativa del Club Rotario, estableciéndose como día festivo nacional mediante un Decreto aprobado por el presidente Belisario Porras.
La propuesta del cambio de fecha al 8 de diciembre fue iniciativa de la Primera Dama de la República, Hercilia de Arosemena, en el año 1930, fecha coincidente con la festividad religiosa de la Inmaculada Concepción.
Esta celebración fue muy acogida, cuando las diversas damas de los diferentes clubes cívicos sabían que se rendiría homenaje a las mujeres y madres del toda la República de Panamá.
Se organizaron actos de homenaje en todos los colegios e instituciones públicas del país, donde las madres recibieron todo tipo de regalos, desde flores o bombones, poemas o cartas de agradecimiento, no solamente por los hijos o estudiantes sino por las invitaciones efectuadas por doña Hercilia de Arosemena, esposa del presidente Florencio Harmodio Arosemena.
En la administración del presidente Belisario Porras, el día de las madres se estaba conmemorando en todo Panamá, desde 1924.
Pero con los cambios políticos, económicos y sociales que vivía Panamá, la celebración efectuada en 1930 promulgó que las oficinas telegráficas recibieran los datos de los hijos que querían saludar a sus madres, los cementerios permanecían abiertos hasta las 6:00 de la tarde y se celebraran veladas en todas las escuelas de la ciudad como el resto de la República de Panamá.
Para lograr su mayor consenso dentro del pleno legislativo, esta decisión se sometió a diversos y acalorados debates, ya que algunos miembros de la Asamblea Nacional rechazaban que la fecha se convirtiera en una festividad religiosa, lo que hiciera perder el sentido festivo y que debería ser como la celebración del día del padre, donde hubiese mayor enriquecimiento familiar, cuyo punto sería el enaltecimiento de la mujer panameña en la sociedad y su aporte esencial en la vida nacional.
Ante la discusión plenaria de la Asamblea Legislativa, el diputado Aníbal Ríos, propuso trasladar el Día de la Madre para el 8 de diciembre, pero sin resaltar el aspecto religioso, logrando que se estableciera finalmente mediante decreto de la Ley 69 del 18 de diciembre de 1930.
Consagrando los principios sociales y de alta valoración efectuados por las damas de los diferentes clubes cívicos del país y de la Primera Dama de la República en esa época (1930), Hercilia Arosemena, la celebración del Día de la Madre en Panamá, tanto para jóvenes como adultas, sería cada 8 de diciembre de todos los años.
El rol de la madre en la sociedad panameña ha tenido que enfrentar fuertes y verdaderos desafíos, por los que, en ocasiones, no existe pleno control para su ayuda. La madre panameña debe ser valorada, especialmente aquellas de estratos humildes como en las comarcas, donde todavía existe el estado machista, impuesto por normas tribales, que dificulta la preparación académica de la mujer.
Al referirse a los cambios sociales dentro del rol de la madre en las comarcas, puede reflejarse el abuso del indígena, masculino, donde en ocasiones no cumple con sus obligaciones en el hogar.
Afortunadamente, están habiendo cambios sustanciales como lo es, la capacitación y preparación educativa, donde muchas jóvenes, siguen recibiendo formación educativa que le está ayudando a transformar esa personalidad, preparándola para mejores días, como también, ser mejores madres ante la sociedad panameña.
Valoremos los esfuerzos que ellas hacen, ya que son la base forjadora de la sociedad panameña.
Feliz día a todas las madres panameñas.